historia breve de madrid

Madrid fue, durante el Paleolítico, zona de paso de cazadores nómadas que, en el valle del Manzanares, perseguían a sus presas.

Poco a poco, fueron produciéndose asentamientos durante el Neolítico  pero no llegó a cuajar un enclave permanente.

Durante la ocupación Romana, Madrid no fue más que una zona de tránsito y no fue hasta la ocupación mahometana que Magerit  o Mayrit se convirtiera en un verdadero lugar de asentamiento, ya que Muhammad I, hijo de Abderraman II sitúa una fortaleza defensiva en la zona alta del valle del Manzanares, en el siglo IX.

Debemos, pues, a los árabes la fundación de nuestra ciudad y en 1083, Alfonso VI les arrebató el enclave anexionándolo, junto con otras ciudades al reino de Castilla.

Ya en manos cristianas, Madrid se convirtió en una ciudad eminentemente mudéjar (musulmanes que habitaban territorios cristianos).

En 1110, Madrid volvió a manos musulmanas gracias a los almorávides (guerreros africanos que entraron en la península en auxilio de los reinos de taifas andalusíes) y ya, a mediados del siglo XII, Madrid pasó a manos castellanas definitivamente.

Durante la era cristiana, a finales de la Edad Media, se amplían las murallas defensivas, pero esta vez para ejercer un control económico sobre el tránsito de mercancías que abastecían la ciudad.

Alfonso VII, en 1202, concede un fuero similar al de Toledo, para resolver los problemas del día a día y en 1262 Alfonso X concede a la ciudad un nuevo Fuero Real que ratificó Alfonso XI en 1339.

Hasta que Felipe II designó a Madrid como sede de la Corte  en 1561 y le concedió la capitalidad, fue muy visitada como zona de descanso por los reyes sucesivos desde que los Reyes Católicos mandaron edificar el palacio Real de Aranjuez.

En 1566 se construye la tercera muralla y aún hubo una cuarta levantada en 1625, bajo el mandato de Felipe IV.

A pesar de ser ya la capital del Reino, no llegó a su máximo esplendor hasta que Carlos III unió Madrid con el resto de las poblaciones convirtiéndolo en el punto neurálgico de todas las comunicaciones.

La inmigración, el hacinamiento y el desorden constructivo dieron lugar a muchos problemas de salubridad y de falta de higiene que repercutió en el pueblo madrileño, que sufrió de hambruna y una epidemia de cólera que diezmó la población. (Vídeo)

A principios del XIX Madrid tenía 220.000 habitantes y ante la inmediata necesidad de sanear la capital y abrirse más allá de la cerca de Felipe IV surge el denominado Plan Castro, que recogía una visión moderna de lo que debía ser una ciudad, no sólo con sus construcciones, sino también con los servicios necesarios para las personas que las habitaran, aunque no se aprobó definitivamente hasta 1860.

En 1840, Madrid recibe el impulso del estado liberal y se comienza la estructuración de servicios de los que hasta entonces carecía la capital o eran deficitarios (Red de alcantarillado, carreteras, alumbrado público, recogida de basuras, etc.) En cuanto a los edificios, el Teatro Real (1818-1850), los palacios de Teba (1811), y Fernán Núñez (1847), las Casas de Cordero construidas entre 1842 y 1845 en la calle Mayor (Frente a la Puerta del Sol) y el edificio de la Facultad de Medicina, del arquitecto Isidro González Velázquez e inaugurado en 1840

A partir de 1850 se comienza a construir, ahora de forma ordenada, en tres frentes de Madrid, en la margen derecha del Manzanares, hacia el norte, el este y el sur de la capital y en 1860, superada la muralla o cerca de Felipe IV, se comienzan a construir los ensanches bajo las previsiones del Plan Castro   . Por estas fechas, Madrid contaba con cinco puertas reales y once portillos que delimitaban los accesos a la capital, podían verse, además, fuentes monumentales que daban servicio al pueblo madrileño, algunas de ellas de gran valor ornamental. En 1851, por Real Decreto de Isabel II, se comienza la ejecución de las obras de construcción del Canal de Isabel II.

Durante la I República y el retorno de la Monarquía la inmigración se hizo masiva y los arrabales crecieron en torno a la villa creando graves problemas de salubridad.

A principios del siglo XX, convirtiéndose Madrid en un importante centro financiero, se le dio un nuevo impulso a la ciudad, y fue destino de multitud de intelectuales y científicos. En ese tiempo podríamos haber visto en sus calles y cafés a personajes como Ramón y Cajal, Lorca, Pío Baroja, Ortega y Gasset, Falla, Dalí y otros contemporáneos de nivel artístico e intelectual.

Durante la Guerra Civil, asediada por los militares sublevados, sufre innumerables bombardeos y la población  soporta horribles privaciones motivadas por el hambre y el desabastecimiento.

Durante la dictadura, en los años 40, se anexionan varios pueblos limítrofes pasando a integrarse en la capital como barrios (Hortaleza, Fuencarral, Carabanchel, etc.) pero privados de equipamientos y transportes.

Ya en los años 60, poblaciones del cinturón provincial de Madrid, como Leganés, Móstoles, Alcorcón, Coslada, Alcobendas, etc. experimentan un espectacular crecimiento demográfico como destino de la multitud de inmigrantes de toda la península en busca de trabajo.

Hoy en día, en pleno período democrático y gracias al nuevo Estado de las Autonomías, Madrid pasa a ser una Comunidad Autónoma en la que se integra todo el territorio provincial (179 términos municipales) en el que el concepto comarcal de otras Autonomías queda de lado para diferenciar turísticamente ocho grandes áreas al margen de la metropolitana.

Fuente: madrid.org (documento PDF)